La cocina ecuatoriana, conocida como “comida criolla”, es una gastronomía que tiene un valor muy original. Los diferentes alimentos de las regiones (Sierra, Costa, Amazonas), influenciados por la cocina europea, sobre todo la española, tienen un papel importante en la cocina del Ecuador. La diversidad de condiciones naturales desarrolladas en la cordillera o en la costa, estimularon una verdadera floración de costumbres y técnicas del buen comer, haciendo que las personas y las etnias de la zona puedan elaborar diversos platos autóctonos. Una de las maneras de clasificar a la cultura gastronómica del Ecuador es dividirla por regiones geográficas, ya que cada región tienes cualidades particulares.
Costa norte, frutos de un mar generoso
Tiene un destacado arte culinario que se identifica con el pescado, los mariscos, el coco, la yuca, el maní, el plátano y los variados jugos de naranja, de sandía, de melón, que transforman cualquier mesa en apetitosa muestra de los más variados manjares. Algunas de las delicias de las que presume la costa norte del Ecuador son el camote, la achasca, la bala, la cazuela, el chontaduro, el tapao, la chilla, el piampiado, la mazata, los biches de pescado o camarón, la panelilla, el manjar de coco, los encocados y las cocadas, la majada, el envuelto, los emborrajados, etc. Además de las piscinas camaroneras y los frutos de un mar generoso, las provincias de Esmeraldas y Manabí, son un paraíso verde con miles de hectáreas de platanales, cacao y café.
Costa sur, toda va con arroz
Esta región está comprendida por las provincias de: Guayas que es el centro de vida portuaria, comercial e industrial, Los Ríos la cual es provincia del verde y El Oro que viene siendo la provincia de las interminables bananeras y camaroneras. La cocina del Guayas tiene predilección por los mariscos cuya receta más apreciada son los cebiches (de camarón, concha, pulpo, etc.), preparados con elementos simples pero con sabios toques de sabor. El pescado también se prepara de muchas maneras, aunque a menudo sean los sencillos encebollados los platos más buscados. El arroz es el "pan nuestro" de la cocina de toda la costa, todo va con arroz, aunque con su manera de prepararlo se convierte en una delicia por sí solo. Para los postres toda la costa sur goza de una variedad única, ofrece deliciosas frutas como la famosa piña malagreña, mango, banano, entre otros. La región de El Oro también conserva recetas de comida costeña y se provee de las posibilidades de mariscos y pescados. Y hay banano de calidades famosas en todo el mundo, son innumerables las recetas que se aprovechan de las variedades del plátano.
La Sierra, tierra del maíz
La cocina serrana se inscribe dentro del marco de la cultura del maíz, planta sagrada de los antepasados del Ecuador. En los valles productores de maíz hay todo un ciclo culinario que responde a los ciclos de la cosecha de este grano. Algunas los platos destacados son: las humitas, la sopa de bolas, los choclos cocidos, el chulpi, el ají con choclos y queso, los buñuelos de harina de maíz, el maíz de dulce, el pan de maíz, etc. Sin embargo, a pesar de que el maíz es uno de los ejes centrales de la cocina serrana, esta también goza de una amplia gama gastronómica que se debe a la variedad de su espacio geográfico, que va desde los páramos andinos hasta zonas templadas y subtropicales. Los platos típicos que conservan los pueblos de la cordillera dan vida a las diferentes celebraciones como bautizos, matrimonios, fiestas, carnavales, mingas y cosechas en las que la comida despliega toda su variedad y riqueza. Los dulces, en esta región, toman toda forma, color y sabor que cualquiera se pueda imaginar, yendo desde una simple espumilla (suspiro o merengue) hasta las delicadas moncaybas o las orejitas con chocolate, pasando por la colada morada, las guaguas de pan, el manjar de leche, y un sin número de helados y mermeladas.
Galápagos, las islas encantadas
Esta región es conocida por la exótica belleza de su paisaje volcánico y la riqueza de su fauna, única en el mundo. Esa fauna con extrañas formas de supervivencia biológica, ayudó a Darwin a desarrollar su teoría de la evolución de las especies. Por todo ello, las islas Galápagos son algo único en el mundo y han sido incluidas en la lista del patrimonio de la humanidad. Así como la fauna de las islas es exótica, su fauna submarina es riquísima. Estos frutos del mar, de los cuales los más abundantes son el atún y el bacalao, presiden la comida de los pequeños restaurantes de Puerto Baquerizo y Progreso, Puerto Ayora, Puerto Villamil y Santo Tomás. Pero hay también ganado vacuno y cabruno que permiten variar los menús.
Toda esta variedad de sabores convierte al viaje culinario del Ecuador en una fascinante aventura por todas y cada una sus regiones.