El nombre científico del chocho es lupinus mutabilis sweet, esta leguminosa es oriunda de los Andes Sudamericanos, las semillas desamargadas y cocidos son utilizadas por el ecuatoriano como alimento y como planta medicinal. Crece sobre los 3,850 metros sobre el nivel del mar y se puede hallar desde Venezuela hasta Chile. Cronistas españoles relatan que los Incas valoraban en su dieta el consumo del chocho. Fue tan importante para los Inca, que los españoles le pusieron impuestos a este alimento. Hoy se sabe que estos granos proporcionan una dieta ideal, rica en proteínas esenciales y minerales.
Una semilla con súper poderes
Tradicionalmente, el chocho ha sido considerado de gran valor nutritivo por su alto contenido de proteínas, grasa, calorías, y alcaloides que no permiten su consumo directo, debido eliminarse estos. Otros componentes nutricionales importantes en el chocho, son los minerales, y en estos destacan metales como el hierro, magnesio y zinc, que combaten deficiencias de nutrición en el ser humano. En otros estudios mediante procesos químicos analíticos se ha podido definir claramente que la semilla del chocho tiene una gran cantidad de alcaloides quinolizidínicos, como la esparteína y la lupanina, que dan lugar a efectos tóxicos en el sistema nervioso central y periféricos, similar a un anticolinérgico, que funciona para el control de los síntomas en pacientes con asma crónica y sintomatología persistente. Además, este grano está lleno de omega 3 y 6, e incluso lo comparan con el aceite de oliva virgen.
Un chocho especial para tratar la diabetes
Desde el 2006, un grupo de científicos ecuatorianos están impulsando un tratamiento contra la diabetes, que consiste en la ingesta de un tipo especial de chocho. El tratamiento diabético con esta semilla tiene principios activos para disminuir el azúcar de la sangre, además de las dosis de medicamentos, que pueden tener efectos adversos en los pacientes. El grupo de científicos explican que en los años cuarenta en Italia, se demostró que el consumo del chocho aumentaba la liberación de insulina en la sangre para reducir la glicemia en las personas. Ante ello, el grupo de científicos ecuatorianos analizó las propiedades del chocho y lo introdujeron en pruebas con personas. En los primeros experimentos probaron que el nivel de la glicemia en personas con prediabetes bajaba a rangos normales. Con los buenos resultados, los científicos crearon los chochos crujientes, que conservan los principios activos y las proteínas del alimento, pero con una presentación y sabor más agradable. Para cumplir con el tratamiento, los pacientes deben consumir la dosis de chochos 20 o 30 minutos antes del almuerzo.
Diversas formas de comer el choco
En los mercados de Quito, la gente compra “chochos tostados” como aperitivo de media mañana o almuerzo. También es muy popular el “cebichocho”, un plato típico con chochos, maíz tostado, tomate, limón, chifles y cilantro. Además se prepara los “chochos con tostado”, que consiste en una mezcla de estos granos con maíz tostado y una rodajita de limón; el “ají de chochos”, una especie de salsa criolla para añadir a cualquier empanada, bolón de verdeo cualquier carne pues se come con todo. Incluso en cuaresma, la sopa típica es la “fanesca” en la que su principal ingrediente son los chochos. Existen muchísimas más recetas que incluyen el chocho como el pepián, el jugo combinado con papaya, mazamorra de chocho con naranja. De hecho, hoy día se mantiene la costumbre inca de combinarlos con papas, y en el caso de la combinación con frutas, es ideal para aprovechar al máximo sus minerales con limón o naranja, que ayuda a la formación de hemoglobina. Estas semillas van muy bien como aperitivo con una cerveza, una soda o un vino, del mismo modo en que se disfruta de las aceitunas.
Por todas sus propiedades y por lo rico y versátil que es, el chocho va camino a convertirse en el próximo súper alimento según grandes expertos en agricultura ecuatoriana.